La valentía (no) histórica
|Hacia 1938 Hermann Hesse escribiría "Tocar nuestras pequeñas flautas entre cañones y altavoces, aceptar la inutilidad de nuestras acciones y también su ridiculez, ésa ha de ser nuestra forma de valentía". Ese mismo año Hitler asume personalmente el mando del ejército alemán y en setiembre Alemania se apodera de Austria, invade Checoslovaquia y ocupa los Sudetes. Hesse, un hombre que siempre estuvo seducido por el poder de la soledad, explica que "la Historia mundial es una mujer fiera que se nos impone y, encima, quiere de nosotros hasta la última mirada" La guerra habría de arrancar a cada quien de su vida para enfrentarlo con lo absurdo, con la imposibilidad de seguir tomando sus palabras como inofensivas. En una carta fechada en 1950, recuerda que lo más grotesco que le pasó fue encontrar en una biblioteca de una amiga sus obras a lado del retrato de Hitler, "no recuerdo haber estado tan furioso ni tan confundido a la vez...". La realidad acechaba y había que asumir el peligro.